Patrick D.Gallagher

Información del Personaje;

{Imagen del personaje}

Nombre y Apellidos: Patrick Dylan Gallagher.

Edad: 32 años.

Nacionalidad: Irlandés.

Ocupación: Inspector de Policia.

Banda: Ciudadano.

Rango: Policía.

Arma:
·Pistola 9 Mm. Impecable.
·Pequeña navaja metálica. Siempre encima.

Orientación sexual: Heterosexual.

Descripciones;

Descripción física:
Patrick goza de un físico bastante lejos de lo mediocre y, por ello, nada lastimoso. Mide aproximadamente metro ochenta y mucho y pesa lo que le corresponde a la altura, alrededor de los ochenta quilos. Empezando de arriba a abajo podremos admirar que su cabello es de color castaño y, aunque corto, bastante rebelde; por lo que dificilmente logra dejarlo tal y como le gustaría a las mujeres, aún así tiene tendencia a intentarlo durante un par de escasos minutos al día. Su frente queda lejos de ser lisa dado que siempre suele tener el ceño fruncido y, en su juventud, ya tiene unas permanentes líneas horizontales que cortan como sablazos su desnuda frente. Sus cejas destacan bastante y aparentemente parecen simétricas, lo mismo con sus ojos. Unos simétricos ojos que gozan de matices azul claro, celeste diría. Son grandes y expresivos. Constantemente vidriosos y entrecerrados por unos pesados párpados a los que parece que le cuesta mantener alzados todo el tiempo. Su nariz es recta y redondeada por el extremo. Unos fibrosos labios terminan de dar ese efecto agraciado a un común rostro de hombre; "deformándolo". ¿Su forma de vestir? Viste de forma peculiarmente correcta y elegante.

Descripción psicológica:
- ¡Hey, Patrick!, oh vaya, pareces cansado -
- Cansado no, agotado -
- Ya no somos tan jóvenes como antes. ¿Recuerdas aquellas noches que...? -
- Sí, las recuerdo. Fueron grandes tiempos... sin duda -
- ¿Qué te parece volver a recordarlos, Patrick?
- Creo que paso. Ya no soy ningún chaval, ya no presento los mismos ánimos -
- ¡Oh, vamos, Patrick!, ¡desde que te separaste de ella te has vuelto un completo muermo! -
- Quizás ella era el motor de mi vida. Quizás acabo de decir una estupidez. Quizás será mejor que me marche. Quizás, quizás.. -

En efecto. Patrick ya no es lo que era. Su juventud dorada, acompañada de años de gloria y popularidad, terminó completamente sumida en el propio caos. El joven Patrick ya no existe. Su continua y cargante sonrisa despreocupada ha tomado forma distinta y se ha convertido en una fina línea horizontal que tan solo se curva para abrir su boca. Su actitud bonachona y simpática ha dado un giro inesperado y ha terminado desgastada con el paso del tiempo, de tal manera que tan solo fragmentos de aquel lejano carácter han quedado esparcidos por su memoria. Rotos. Destrozados. Sin vida alguna.
¿Es que acaso la amargura ha decidido devorar por completo al hombre? Sí. Así es. Se lo ha tragado de lleno.

Rodeado por un infranqueable muro anti-sentimentalista, Patrick se defiende y se esconde de todo tipo de emociones procedentes de las demás personas. Le importa un infierno lo que le pueda ocurrir al prójimo, pues simplemente cree que bastante tiene con lo suyo como para convertirse en samaritano del resto. No ayuda. Jamás ayudará. ¿Egoísta?, sí, claramente que lo es. Vive por y para él. Por y para su comodidad, aunque ésta no se encuentre a su alcance. Patrick no vive para el mundo; el mundo vive para Patrick. Y si "su mundo" se está sobrecargando de mierda, piensa que el de los demás también tendría que encontrarse sobrecargado. Así de simple. El mal debe recaer sobre todos, no sobre una persona sola.
No quiere el aprecio de la gente. Ni falta que le hace, pues hoy en día se considera un tipejo que jamás podrá soltar una palabra de aprecio o ánimo a los que simplemente considera "amigos". Es más, Patrick será capaz de llegar a hundirles aún más en la miseria que traen encima. ¿El por qué...?, creo haberlo mencionado antes.

De actitud arisca y arrolladora. La sensibilidad y el tacto no son los mejores compañeros de Patrick. No siente pudor en decir lo que piensa y si en tu rostro a él se le aparece la palabra "subnormal", no dudará en llamarte como tal. Ah, pero no lo dice él, ¿eh?, lo dice tu rostro. No le vayamos a echar las culpas.
Sobrecargado de soberbia y malas formas. Por sus venas corren comentarios dañinos, sarcasmos idealizados e ironías poco agradables a la vista de otros. Sí. Su humor negro le permite realizar contestaciones fugaces, en cuestión de segundos, como si de un arma de fuego se tratase. Pam. Una, tras otra y tras otra. Con el fin de desmoralizar a la persona a la que se las lance.
Agrio como el limón, presenta muy poca paciencia y cuando algo realmente le toca la moral o le incomoda suele reaccionar de una manera violenta y exagerada. Alterando el órden.

¿Qué más puedo señalar de Patrick?, pues que es un personaje muy intuitivo. La mayoría de las veces, se deja llevar por sus instintos o sus corazonadas; los cuales siempre terminan fallándole. Aunque no le importa en lo absoluto. Es terco como una mula y de piñón fijo. Cuando se le mete algo en la cabeza es jodidamente difícil hacerle cambiar de opinión. Por no decir imposible.
¡Oh, desconfiado como el que más!, tiende a hacer lo que a él le parece correcto y no lo que los demás "creen que es correcto".
Se trata de un personaje que tan solo se entiende a sí mismo y que, por ello, siempre deja un mal sabor de boca en las demás personas. Es de ese tipo de hombres que no le cuesta demasiado bromear con la gente por el simple hecho de carcajearse él solo de sus propios chistes. O más bien porque disfruta burlándose de ellos. Un completo capullo integral. Un hijo de puta. Un gilipollas en potencia.

Maleducado y poco agradable. No reconoce sus errores ni a tiros. Es más, cree que toda la raíz de su desgracia se debe a causa de un matrimonio poco valorado. Un matrimonio enfermizo que ha terminado por descolocarle tras el divorcio.. Tiene bien claro que la culpa es de su ex-esposa y solo de ella. Y sabe perfectamente que si no fuese por ese enorme amor que siente hacia "esa jodida sirena" todavía, su vida no se hubiese visto tan sumamente oscurecida. Apagada.
Amante del buen vino y de las raciones de patatas. Su mayor alegría en ese soso mundo que fabricó él mismo.
Patrick no suele tener serios problemas a la hora de simpatizar con las mujeres, pues extrañamente ese carácter de "hombre amargado y machacado por la vida", ha conseguido que más de una joven caiga a sus pies. Dependiendo de como sea la chica, jugueteará con ella, coqueteará, pero pocas veces llevará a una mujer a su cama. Así lo es. Así lo quiere.

Culto y bien formado. Posee una inteligencia prodigiosa y grandes cualidades en los campos de las letras. La historia es su mayor pasión y, por lo tanto, siempre podrás encontrártelo con un buen libro en mano. Amante de la mitología y la literatura. Si le pillas de buen humor, siempre podrás disfrutar de una amena charla medieval. La obsesión que presenta por este tipo de épocas, ha conseguido que su vocabulario -aunque muchas veces poco agraciado-, haya tomado gran fluidez y llenado de grandes formas de educación. Educación que siempre termina por los suelos cuando le hinchan bastante las pelotas.
¿Caballero desorientado?, sí, es una buena forma de llamarlo. Un Lancelot moderno.

Hombre tenso y en constante estrés debido a su trabajo como inspector de policía. Fuertes jaquecas son las que le inundan días, durante horas y horas. Todo a causa del peso que debe acarrear consigo mismo. Con su vida.
Su antes bien estructurado cuerpo ha comenzado a mellar debido a la inestabilidad emocional que sufre. No, no se trata de un suicida, pero está comenzando a entrar en el límite de lo extremo. ¿Morirse?, ha llegado a replantearselo un par de veces. ¿Locura?, comenzando a sufrirla. ¿Desesperación? a todas horas. ¿Desgracia?, camina agarrada a su mano.
Sí, así es él. Así es Patrick. El típico hombre vencedor en un pasado y condenado en un presente a la mala vida. El típico tipejo soso que jamás te lanzará una carismática sonrisa. Aquel que te contestará dañinamente para que te apartes de su vista. Ese es él. Sencillo pero complicado a la vez. Sin más. El atípico típico policía de las calles londinenses..

- Ha llegado un nuevo caso, Patrick. ¿Por qué no le echas un vistazo?, quizás te... -
- ¿Interesarme?, ¿ver como cuatro niñatos se llenan de droga hasta el culo?, no gracias -
- ¡Maldita sea, Patrick!, ¿acaso nada llama tu atención? -
- Sí. Las patatas fritas. ¿Sabes qué?, iré a por unas. Así de paso evito seguir escuchándote -
- ¡Qué te jodan, Patrick! -
- De nada -


Vida del Personaje;

Familia:
Padre: Eoin Jeremiáh Gallagher. 63 años. Empresario de nacionalidad Irlandesa. Su conducta obsesiva por querer manipular el futuro de su hijo fue la que consiguió romper los finos lazos de cariño que había entre ellos. Nunca mostró demasiado interés en su pequeño y, a diferencia de otros padres, jamás actuó como tal. Se trata del típico hombre ocupado, apurado, que ni siquiera tiene tiempo para dedicarse a su familia en Navidad.
Sufre de cáncer de pulmón y se espera que no dure mucho más de tres meses.

Madre: Sylvire Cillian Gallagher. 57 años. Empresaria de nacionalidad Irlandesa. En diferencia al cabeza de familia, la madre de Patrick es una mujer, que aunque se muestra seria, sabe como transmitir el amor que siente a sus hijos. De actitud luchadora e orgullo incansable. Siempre ha conseguido animar a sus hijos y tirar de ellos hacia delante.
Patrick la quiere y la respeta, pero el fuerte apego que tiene ésta a su marido es lo que consigue hacerles rivalizar.

Hermana: Evangeline Caen Gallagher. 21 años. Dulce hermana pequeña de Patrick. De carácter infantil y soñador, Evangeline ha sido el apoyo de todos estos años para el joven irlandés. La continua luz que irradiaba la pequeña siempre que éste llegaba a casa, era la salvación para conseguir hacerle sonreír.
Como hermanos, puede decirse que fueron simplemente inseparables. Sin embargo, desde la partida de Patrick, ambos se hablan lo justo. El aprecio que había entre ellos se ha ido evaporando y ahora tan solo queda vacío.

Historia:
Patrick nació en Irlanda. Para ser más concretos, en una acomodada familia de empresarios encontrada en Dublín. Con dos padres extremadamente severos y exigentes, la vida de Tristán fue totalmente programada a imagen y semejanza de los ideales de la pareja.
A los 6 años, el irlandés parecía prepararse como si para Rey hubiese nacido. Hípica, intensas clases de las materias de su escuela, academias de distintos idiomas. Puede decirse, que Patrick ya nació siendo un completo adulto. No poseía demasiados amigos que fuesen sinceros y, los pocos que iban a jugar a su casa, eran totalmente analizados por sus padres. En definitiva, los años de esplendor de Patrick simplemente fueron construidos por sus propios padres.

Al cumplir los 11 años. Siendo ya un iniciado a la adolescencia, pudo contemplar con sus propios ojos como su madre daba a luz a un nuevo miembro en su familia. La pequeña, llamada Evangeline, comenzó a ser lo más importante para Patrick debido al poco tiempo que tenía para pasar con sus compañeros de escuela. Pasaba horas y horas con ella hasta el punto en que la estrecha relación de hermanos fue prácticamente inseparable. Él necesitaba de sus dos luceros y ella necesitaba de su protección.

Aunque tales gloriosos tiempos no duraron demasiado. La pequeña creció y comenzó a ser completamente manipulada como lo fue él en su niñez. Y a los hermosos 19 años, Patrick comenzó a perder todo signo de interés hacia su familia. Y, claramente, hacia el trabajo que su padre deseaba que desempeñase.
Comenzó a acudir a cursillos policiales sin que nadie cercano a él lo supiese,manteniéndolo en continuo secreto, y a los 22 años decidió independizarse.
Gritos, palabras malsonantes e intensas disputas se mantuvieron en aquellos días en los que el joven francesa dejaba bien claro cuáles eran sus intenciones de futuro, hasta que finalmente el día de partida llegó.

Marchó, voló. Sin rumbo fijo en un principio para finalmente acomodarse en un pequeño apartamento en Londres. Alejado de todo su pasado. A partir de ese momento, se dedicó a centrarse en el trabajo conseguido en una de las oficinas de policía. Empezando como un simple novato y tomando el rango de inspector con los años debido a sus brillantes dotes. Exponiendo ideas que muchos otros no llegaban a alcanzar e incluso sacando buenas tesis de casos superiores a los de su rango. El ascenso era el premio que Patrick se merecía.
Hoy en día, a sus 32 años y tras habiendo pasado por un complicado matrimonio, ya no sabe nada de sus padres y tan solo recibe llamadas de su hermana pequeña de vez en cuando informándole de la situación en Francia. Su único medio de comunicación entre su pasado y presente.

Enfermedad&Delitos:
Sufre fuertes depresiones que alteran su estado de ánimo, provocándole abatimiento e infelicidad. Esto implica que se vea obligado a automedicarse.

Gustos:
·La historia. Es un gran amante de los hechos históricos romanos {en concreto}
·La literatura. Por sus venas hierve la pasión que siente hacia su poeta favorito, Bécquer.
·Los días nublados, lluviosos o, simplemente, tormentosos. Su viva identificación en lo que a la naturaleza se refiere.
·El tabaco. Fumarse cuatro o cinco cigarrillos al día siempre entra en los planes de Patrick.
·El café con hielo. ¿Invierno o verano?, qué más da. Él podría tomarlo a todas horas.
·Las patatas fritas. Sin PATATAS no hay vida. ¿Entendido?
·La música. Gran inspiración para él cuando se encuentra bloqueada con el papeleo. En concreto las bandas sonoras de películas.
·"El buen vino", dijo Baco.

Odios:
·Los días soleados. No, no es un vampiro, pero el sol no es de su agrado.
·Las corbatas. Suele llevar todos los días, pero eso no quita que les tenga algo de tirria.
·Su ex-mujer.

Manías&Fobias:
·La soledad. Su amiga y enemiga. Su vida y su muerte. La ama pero la odia.
~
·Tiende a revolverse el pelo de continuo cuando está nervioso.
·Morderse los labios es una de sus peores facetas.

Otros:

·Estudios: E.S.O, Bachillerato, Cursos policiales, Graduado.
·Idiomas: Francés, Inglés e Italiano.
·Religión: Católica.
·Mascotas: Reside con un pequeño mastín apodado "Skye".