Información del Personaje; Nombre y Apellidos: Aaric Gaspard Armitt
Edad: Dieciocho añacos, como diría él.
Nacionalidad: Londinense.
Ocupación:Camarero de Starbucks, aunque eso es una tapadera, pues en realidad es traficante.
Banda: Ciudadano.
Rango: Traficante.
Arma:Una navaja corriente y moliente.
Ah, y siempre tiene en mano una botella cualquiera que estamparte en el cráneo.
Orientación sexual: Bisexual.
Descripciones;Descripción física:A simple vista, este muchacho es más o menos normal. Una piel más bien poco bronceada cubre completamente todo su cuerpo. Sus no demasiado grandes orbes son de un color grisáceo. Su rostro es aniñado, a pesar de los dieciocho años que en la mayoría de las personas dejan una marca. Y sí, él es alguien en quien todos esos años han dejado poca marca. Su pequeña nariz, sus orejas normalitas, su corto y peculiar cabello... Sí, todo normal, o al menos para los que no conozcan bien a este tipo.
Un tatuaje de un tamaño no demasiado grande adorna el pecho de Aaric. Otro de un tamaño más grande está situado en su brazo derecho, y otros muchos más por ahí desperdigados, como la ropa sucia de después de ir a correr, aunque el muchacho eligió muy bien donde se iba a hacer los tatuajes. Sí, no encontró ningún inconveniente en pasarse horas eligiendo donde colocar todos y cada uno de los dibujos hechos con tinta dentro de la piel que hoy adornan su esbelto y aparentemente, y solo aparentemente, delicado cuerpo. Algún que otro moratón procedente de alguna pelea con algún estúpido que no quería pagar lo debido por droga, adorna el cuerpo del muchacho con su color morado oscuro. Ah, y no mires sus muñecas, pues están repletas de cortes que él mismo se hace cuando lo necesita, y cuando le apetece.
Descripción psicológica: Un joven libre donde los haya. Nunca soportaría estar atado a alguien, vivir atado a un lugar o persona y no poder alejarse demasiado de allí. ¿Por qué? Pues porque sí, y ni él ni yo nos vamos a molestar en darte un solo detalle más, pues no es necesario.
Citamos unas palabras que precisamente salieron de los labios de Aaric en algún momento de su pésima vida.
“Me gusta ser libre, poder hacer lo que me plazca y cuando me plaza y no tener que darle ningún tipo de explicación a nadie. Y como me gusta, pues lo voy a hacer, así de simple.”
Libre, y por tanto incapaz de tener una relación formal pues no podría mantenerla intacta debido a sus constantes cambios de lugares donde dormir –aunque la verdad es que suele dormir en las casas de las mujeres a las que se tira, pues su presupuesto no le da para más de la comida y bebida de cada día-. En conclusión, que no lo vas a ver dos días seguidos en el mismo lugar, por tanto, tendrás que buscarlo si quieres verlo.
Despreocupado, alegre y vividor. Sí, disfruta la vida lo más que puede y no se preocupa por nada ni por nadie. Puesto que va de aquí a allá no tiene a nadie a quien querer ni a nadie a quien deberle favores, y eso, aunque parezca que no, le agrada y ayuda a llevar una vida con no demasiadas complicaciones. Bueno, no demasiadas... sí que tiene alguna otra. Hay veces que los típicos matones que quieren droga te amenazan con partirte la cara si no se la regalas, y Aaric no sucumbe ante esas amenazas, si no que desafía a el chico o chica en cuestión y pelea. Quizá haya matado a alguien alguna vez en alguna de esas peleas –con mucha suerte, claro-. En otras muchas él sale perdiendo, debido a su poca fuerza, por ello ahora ha decidido llevar a cabo otra técnica. Esa técnica consiste en recopilar información y venderla muy cara. Siempre le interesará saber a el miembro de una banda cualquiera, que su mejor amigo y compañero se está liando con su novia. Esa información está muy bien pagada y a Aaric le gusta que sea así. Bueno, sí, que al tiaco este no le importa lo más mínimo nada y vive feliz y disfrutando de la vida.
Orgulloso, mentiroso y capullo a más no poder. No reconocerá algo que haya hecho mal. Puesto que en su vida, la mitad de las cosas las hace mal, y además no reconoce que se ha equivocado, pues es un puto orgulloso, así es como lo llamaría la gente.
Miles de mentiras diarias escapan de sus labios cada día. Antes hemos mencionado que este muchacho vende información por un alto precio, pues bien, esa información suele ser falsa, y cuando el hombre o mujer al que ha mentido va a verlo para ajustar cuentas, ya no está allí porque se larga rápidamente.
Nómada. Ese podría ser uno de los términos que lo definen, pues siempre está aquí y allá.
Ah, sí, capullo... Y con eso no nos referimos al de una flor, no, nos referimos a lo cabrón que puede llegar a este este muchacho. Roba, mata cuando puede, etc... y también te joderá psicológicamente lo más que pueda, a no ser que le caigas bien, algo no del todo fácil.
Con respecto al amor... pues eso, no puede enamorarse, pues siempre está aquí y allá y no ve a ninguna mujer o hombre que le compre droga más de dos veces. Bueno, alguna que otra mujer desesperada pero con un buen cuerpo siempre va a pedirle droga, y de paso, el se la folla y se queda tan pancho. Vividor, como he dicho antes.
En definitiva, este muchacho es muy difícil de llegar a conocer.
Vida del Personaje;Familia: Madre. Aeryn Armitt. Treinta y siete años. Camarera en un bar. Asesinada.
Padre. Alan Armitt. Treinta y siete años. Desempleado. Suicidado.
Historia: Un fiesta de sábado por la noche en una discoteca. Un joven que iba más pedo que Alfredo, una muchacha que iba más pedo que Alfredo, y nada entre ellos dos, es más, se amaban.
Todo el mundo debe de saber como acabó la historia, en una cama. ¿Y qué salió de una noche como esas? Pues un bebé. Sí, unos jóvenes de veinte años habían tenido un bebé.
Los tocó joderse y vivir con él. Los dos vivían en el mismo piso, pues aún estaban estudianto. Cuidaron al bebé y vieron como crecía. Sus padres dejaron los estudios pues no podían estar pendientes del niño a la vez que estudiaban, y los padres de estos o los abuelos no contaban porque vivían muy lejos y no sabían nada del niño. Además, si se enteraban, la iban a cagar.
Su madre comenzó a trabajar como camarera en un bar cualquiera para poder ganar un poco de dinero y así pagar el alquiler del piso. También tenían algo de dinero de sus padres.
Con eso lograron mantener el alquiler. El niño crecía más o menos sano y salvo. Poco aprendió, pues no pudo ir al colegio, pero sus padres sí, y le enseñaron. Así transcurrió su niñez, penosamente.
Y ahora llegamos a su adolescencia. Comenzó a escaparse de casa, a tontear tanto con chicas, como con chicos y a ir a fiestas. Su padre comenzó entonces a comprar droga y a metersela por todas las partes del cuerpo por donde cabía. Tenía una gran reserva que compraba con el dinero que ganaba su “esposa”. Ella no lo sabía, por su puesto.
Y así comenzaron a no poder pagar el alquiler.
Llegó el día del diecisiete cumpleaños de Aaric, y justo ese día, después de las felicitaciones y esas cosas, su padre violó a su madre. Después la mató. Estaba loco. Todo aquello lo había logrado, había logrado hacerlo enloquecer. Y como a cualquier gilipollas que hace eso, se le ocurrió la maravillosa idea de suicidarse, y así lo hizo, se quitó la vida y dejó sólo al pobre Aaric que ya tenía sus diecisiete tacos. Le apenó la muerte de sus padres, es más, él los enterró y no dijo nada a la policía, aunque esta se enterase tiempo después del asesinato y del suicidio. Para entonces, el muchacho ya se había largado de aquella casa y había comenzado a vivir como un traficante más de la ciudad.
Una muchacha llegó el primer día a él y le compró droga. ¿A cambio de qué? De sexo y de un lugar donde pasar la noche. Sí, esa noche follaron hasta no poder más y se metieron también una cantidad considerable de droga. Pudo dormir en la casa de la joven. Al día siguiente desapareció de la casa de ella antes de que pudiese despertar. Alguna que otra vez la vio y acabaron igual todas esas veces. Quizá todo aquello le ayudó a comenzar a timar a la gente con facilidad, a robar y vender droga más cara, y a ganarse un pequeño puesto de respeto entre los traficantes de la ciudad.
Enfermedad&Delitos:Con respecto a las enfermedades, Aaric no posee ninguna grave, solo los típicos catarros de los días fríos.
Eso sí, cuando le preguntes que cuantos delitos a cometido en su vida, no sabrá decirte cuantos. Al principio los contaba, y presumía cuando había cometido más que otra persona, pero se cansó. Van desde atracos en bares –bien camuflado para no ser descubierto, claro-, hasta el que más comete hoy en día, acostarse con cientos de mujeres, y robarles una vez acabado el lío. Dos por uno, bueno más bien tres por uno, pues les roba y se larga cuando es por la mañana y ella aún está durmiendo.
Gustos:Las drogas.
El sexo.
El tabaco.
La tranquilidad.
El chocolate.
Algún que otro libro que ha robado.
Odios:Los matones chulitos y creidos.
Las chicas tímidas.
El arroz.
El agua sucia.
El cielo despejado.
Los árboles.
Manías & fobias:Morderse el labio inferior, como la mayoría de personas.
Tumbarse en medio de la carretera y mirar el cielo.
Hacer autostop para pedir que lo dejen unos dos metros más adelante.
Posee una ligera fobia a las arañas.
Otros: Habla inglés y español más o menos bien. El español lo habla de forma muy basta.