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| | No alcéis la voz (Stan) | |
| | Autor | Mensaje |
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Bridget J. Francis Miembro; SG
Mensajes : 19 Puntos : 28 Localización : Oculta entre las sombras de la desgracia.
| Tema: No alcéis la voz (Stan) Sáb Sep 18 2010, 12:33 | |
| ¿Qué hace una Slaughter a las tres de la tarde, con el sol en lo alto oculto entre nubes de chuvascos, metida en una bilbioteca? Pues... no sabría decirlo. Pero estaba ahí, entre montañas de libros. Libros de fantasía, de poemas antiguos, historias contadas por juglares, novelas de caballería, negras, de detectives y con portadas y contraportadas desgastadas. Las páginas amarillentas, repletas de doblones, pinturas de bolígrafos y múltiples comentarios burlescos. Patético. Éso me hacía enfurecer, ver como la gente no respetaba los libros. Y yo necesitaba desconectar. Las Slaughter no parecían aceptarme, más bien no me quería adaptar. No sabría decir por qué, pero algo me obligaba a permanecer en la sombra de esa banda. Prefería ir más libre, disfrutar de la soledad, sin que nadie me mirase por encima del hombro. Además, estar rodeado de mujeres me hacía sentir incómoda. Me recorría múltiples escalofríos por la columna que acababan concentrándose en mi entrepierna, haciéndome sonrosarme y tener sudores fríos. La necesidad de irme tras hablar con una Slaughter, con ese aire poderoso, fuerte, incontrolable y tremendamente atrayente, me hacía sentir un poco más... bollera, como decían algunos por la calle, que de costumbre. Pero bueno, intentaba alejarme de ese pensamiento que ponía en jaque a mi orientación sexual. Suspiré mientras me retorcía un mechón de pelo. Mi mano estaba sobre una página y el libro estaba sobre ésta también. Se había cerrado. La tapa blanda había sido tan desgastada que ahora no se mantenía sujeta. Y como estaba en las nubes, cosa frecuente en mí, había tomado el detalle de poner mi peculiar punto de libro. Suspiré mientras sacaba la mano y daba fin a mi lectura. Me recosté contra la silla, la lancé un poco hacia atrás y me crucé de brazos, poniendo morros y cerrando los ojos. Hacía frío en el exterior aún habiendo sol, por eso llevaba una chaqueta puesta incluso dentro de la bilbioteca. Una chaqueta marrón, con capucha, y motivos de colores rojos. Se abrochaba con una cremallera en el centro, que estaba bajada y dejaba ver una camiseta blanca de algodón que le daba una forma más aplastada a mis pechos y que daba a conocer la delgadez de mi vientre. | |
| | | Stan Hoffman Líder; TO
Mensajes : 418 Puntos : 164 Localización : No me interesa que lo sepas
| Tema: Re: No alcéis la voz (Stan) Sáb Sep 18 2010, 13:01 | |
| Increible, si, jodidamente increible... Cualquiera lo suficientemente sabedor de el mundo de las bandas de Londres se preguntaria viendo aquello ¿que demonios hacía Stan Hoffman en una puñetera biblioteca? De echo yo tambíen me lo había preguntado a mi mismo unas cuantas veces y la verdad esque aunque supiera la naturaleza de la respuesta todo aquello me seguía resultando amargo, como un ligero regustillo de limón tras comerte un calamar. Días antes Kaya me había informado de un echo ligeramente preocupante, necesitabamos armamento, la verdad esque había dejado aquel tema aparte ultimamente y resulta que desupues de unas cuantas peleas habíamos perdido más de la mitad. Tanto la pelirroja como yo sabíamos que comprar esas cantidades de navajas, pistolas, cadenas etcetc no era algo fácil de conseguir, solía llamar la atención de las autoridades; aunque no tubieran ultimamente mucho poder por aquellos barrios aun tenían la suficiente información e inteligencia.
Yo sabía que solo una persona pordía conseguirlo para mi, pero no podía mandar a hablar con él a un simple novato, nisiquiera a un miembro de confianza; y no quería mandar a Kaya, conocía lo suficientemente a la joven, sabía que podía defenderse pero no había que arriesgarse con gente como aquel, el expresidiario era algo más peligroso bipolar y ansioso que todas las personas que conocíamos. Seguí el procedimiento como siempre, todos aquellos intercambios debían de estar perfectamente organizados por lo que había quedado con el en uno de los pasillos internos de la biblioteca para negociarlo, el último lugar en el que se podía sospechar de unas tramas de aquella naturaleza.
Empuje la puerta de la biblioteca y aquel ambiente de estudio me recorrió el cuerpo como un ligero escalofrío, el olor de las estanterias de madera se mezclaba con el de los libros desgastados y el silencio acechante de aquel lugar. Mis pasos tranquilos y relajados recorrieron la estancia dejando a mi paso un ligero olor mezcla de tabaco y otras sustancias, el pelo negro azabache que se situaba en mi cabeza paso con lentitud entre las diferentes extanterías ojeando los libros con un falso interés; había llegado una hora antes y no tenía nada mejor que hacer, no esque me hiciera precisamente gran ilusión esperar una hora ahi, pero era mejor que el frío penetrante del exterior.
Mi mirada pasó aburrida de todos aquellos libros sin sentido alguno que se acumulaban uno tras otro y que no tenían un minimo de atracción hacia mi, y se posó en una joven que sentada se rodeaba de libros con expresión ligeramente ausente, me aburría, no tenía nada mejor que hacer, asi que comente lo primero que se me paso por la cabeza, quiza la desinivición de las sustancias tomadas con anterioridad ayudaron. Mi voz grave con el mismo tono burlón y chulesco de siempre resonó entre las paredes. ¿Haces esto por gusto?
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| | | Bridget J. Francis Miembro; SG
Mensajes : 19 Puntos : 28 Localización : Oculta entre las sombras de la desgracia.
| Tema: Re: No alcéis la voz (Stan) Sáb Sep 18 2010, 16:18 | |
| Una voz me quebró la paz. Abrí un ojo y vi un cuerpo sostuviendo una cabeza. Una cabeza que se mostró hueca en cuanto la reconocí. Abrí ambos ojos y me coloqué en la postura correcta. Me acomodé los hombros de la chaqueta y me quedé mirando fijamente al muchacho, con aire ausente, mientras apartaba una pila de libros. —¿El qué, leer? —Respondí mientras me cruzaba de piernas bajo la mesa—. A diferencia de ti, yo creo que la cultura es algo de lo que nunca te aburres. Murmuré mientras me quedaba mirándolo. ¿Qué hacía él, precisamente él, en una biblioteca? Había venido aquí no sólo por la maravillosa cantidad de libros que existían para leer, sino porque en este lugar nunca entraba nadie que conociese y pudiese molestarme. Nadie que rompiese mi paz con su voz o sus preguntas. Y justo al único que no quería ver estaba al lado de mi mesa, con ese aire prepotente que no sabía porqué tenía. Tampoco era tan guapo, no sabía porqué se lo tenía tan creído. Suspiré y su pestulente aroma a tabaco me golpeó la nariz como si de un gancho de Mike Tyson se tratase. Me levanté, arrastrando hacia atrás la silla, y dejando que la camiseta blanca que llevaba cayese hasta media pelvis, haciendo más obvia el tamaño de las prendas que portaba y la diferencia entre ellas. La camiseta era algo más alargada, pero la chaqueta, de una tela que recordaba a la de una sudadera, no la alcanzaba. Por eso siempre la llevaba abierta pues sino quedaba de un contraste visual que no me gustaba para nada. Me guardé una mano en el bolsillo de mis tejanos y le miré directamente a los ojos. Mi flequillo, algo largo pero que no alcanzaba mis cejas y llevado ligeramente hacia la izquierda, dibujando un tercio de mi frente, dejaba caer pequeños cabellos que me obligaban a apartar con una mano, dándome un aspecto de neurótica pues siempre caía el mismo pelo y con bastante frecuencia. ¿Por qué me había levantado? Por educación. —¿Qué haces aquí? Me atreví a lanzar la pregnta, aunque eso obligase a una siguiente conversación. | |
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| Tema: Re: No alcéis la voz (Stan) | |
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| | | | No alcéis la voz (Stan) | |
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